Opinión
Crisis en el Sahel Occidental: la realidad incómoda en la Cumbre de los BRICS
Los que estudiamos el surgimiento del nuevo mundo multipolar hemos tenido los ojos puestos en África desde hace algunas semanas, pero no por su política regional.
Este mes, entre el 22 y 24 de agosto, será la decimoquinta cumbre de los BRICS en Sudáfrica. Todos los analistas coinciden que las decisiones tomadas en estos días serán claves para el resto de la década.
Se espera que este año se extienda el bloque geoeconómico y se tomen decisiones sobre el comercio entre los miembros. Aunque la moneda común aún está muy lejos, sí tienen la intención de avanzar en la desdolarización.
Se han invitado entre 67 y 70 líderes (los reportes varían) de países africanos y otros países del Sur global; además de a 20 representantes de diferentes organizaciones internacionales.
Asimismo, se dijo que todos los países africanos habían recibido una invitación y que uno de los objetivos de la Cumbre era determinar cómo BRICS podía colaborar en el desarrollo de estos países. Hoy, no queda claro.
Mientras esperábamos la conferencia sucedió un terremoto político, seguido de una réplica, que puso a África Occidental en el centro del mundo. El 'sismo' sucedió el 26 de julio cuando los militares tomaron el poder en Níger derrocando al entonces presidente Mohamed Bazoum.
La 'réplica' llegó desde San Petersburgo, dos días después, durante la Segunda Cumbre entre Rusia y países africanos, cuando el capitán Ibrahim Traoré, presidente de la transición de Burkina Faso, dio su discurso. Sus palabras se viralizaron en las redes sociales y emocionaron a muchos por todo el mundo, en especial, a la juventud africana que sintió que, al fin un líder expresaba el sentir de hartazgo de la dominación de países coloniales, en especial, de Francia.
El discurso de Traoré nos hizo ver que el golpe en Níger no era un hecho aislado, sino parte de un proceso mayor de países en la subregión del Sahel Occidental, que están luchando por liberarse del neocolonialismo al que siguen sometidos.
La gota que derramó el vaso
Con el golpe, Níger se unió a una tendencia en la subregión de golpes realizados por militares nacionalistas y antimperialistas, que son apoyados masivamente por la población. El primer país fue Guinea. Luego, Mali y Burkina Faso, pero Níger fue la gota que derramó el vaso para los países occidentales.
Níger tiene una superficie de 1.267.000 km2, y aunque es el vigesimosegundo país más grande del mundo, su población es de 26 millones de personas. Más del 40 % de sus habitantes viven por debajo de la línea de pobreza. Su Índice de Desarrollo Humano es uno de los más bajos, solo por encima de Chad y Sudan del Sur.
Por otro lado, es dueño de una posición estratégica en el continente. Tiene frontera con Argelia, Libia, Chad, Mali, Burkina Faso, Benín y Nigeria. Además, posee enormes recursos naturales, en especial el uranio.
Níger se independizó oficialmente en 1960, pero al igual que con el resto de los países colonizados por Francia, nunca tuvo una independencia real. El mejor ejemplo de esto es, probablemente, la moneda. Los países que utilizan el Franco CFA no tienen soberanía económica. Están sujetos a las decisiones en París y deben depositar la mitad de sus reservas en el Tesoro francés. Si bien se ha prometido un cambio, aún no hay acciones concretas.
Los países que utilizan el Franco CFA no tienen soberanía económica. Están sujetos a las decisiones en París y deben depositar la mitad de sus reservas en el Tesoro francés. Si bien se ha prometido un cambio, aún no hay acciones concretas.
Níger también ha sufrido las consecuencias de la guerra de la OTAN contra Libia, luego de la cual grupos terroristas, adecuadamente controlados por el gobierno de Gadafi, se esparcieron por todo el Sahel. Por su posición estratégica, el país no son solo se convirtió en el centro operaciones de estos grupos, sino también de redes de tráfico de armas, drogas y hasta de personas.
Por esto, Níger fue uno de los aliados de Francia en la Operación Barkhane, lanzada en 2014 para combatir grupos yihadistas. Este despliegue incluyó la autorización del ingreso de tropas francesas y estadounidenses a su territorio. El resultado de esto fue lo opuesto: el terrorismo se hizo cada vez más fuerte.
El segundo aspecto para entender la respuesta occidental y, en especial, la de Francia, es el uranio. Níger está entre los mayores productores del mundo y su uranio es además de alta calidad. Empresas francesas, que lo han explotado por décadas, se quedan con la mayoría de las ganancias y han dejado un desastre ambiental del que no se ocupan.
En los últimos años, Francia inició un proceso de diversificación de fuentes, por lo que el uranio nigerino representaba el 15 % del total importado. La operación militar especial en Ucrania y el suicidio económico europeo cambió la dinámica geoeconómica.
El mayor productor de uranio en el mundo es Kazajistán, país que los occidentales consideran como parte de la "órbita rusa" y, por lo tanto, no confiables. Las opciones para acceder a recursos disminuyen. Níger representaba para los franceses la opción más segura. De ahí que, en el 2022, el uranio nigerino representara el 34 % de las importaciones de Francia.
Para esto, era necesario tener un gobierno nigerino favorable. Mohamed Bazoum, cuyas declaraciones pueden ser calificadas de serviles, era funcional a los intereses franceses. Esto, con el golpe, se terminó.
La CEDEAO haciendo el trabajo sucio
Ahora los países coloniales deben ser más sutiles en las intervenciones y por eso las hacen a través de sus intermediarios. En su discurso en San Petersburgo, Ibrahim Traoré se dirigió a sus pares africanos, dando luces de lo que vendría para Níger:
"Lo que es un problema son los jefes de Estado africanos que no contribuyen en nada a quienes están peleando, pero que cantan la misma canción que los imperialistas llamándonos milicias, que no respetan los derechos humanos (...). Los jefes de Estado africanos debemos dejar de comportarnos como marionetas que bailan cada vez que los imperialistas tiran de las cuerdas".
Mali, Guinea y Burkina Faso recibieron sanciones de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). Esta vez, la gran diferencia ha sido la reacción virulenta hacia Níger y la amenaza de irse directamente a la guerra. Desde Nigeria, país que lidera la Comunidad, dieron siete días para que la Junta Militar repusiera a Bazoum y si no, atacarían.
La acción dividió la CEDEAO. Inmediatamente, Mali y Burkina Faso anunciaron que una declaración de guerra contra Níger sería tomada como una acción bélica contra ellos. En Guinea dijeron que no se unirían a las acciones de Comunidad. Estos cuatro países representan el 60% del territorio de ese bloque.
Hay países comportándose como imperialistas dentro del mismo continente. Lo hacen con el apoyo público de las potencias occidentales, en especial de Francia.
Mientras tanto, Argelia criticó el golpe, pero afirmó que no aceptaría ninguna intervención militar extranjera en el continente. Por su parte, la oposición en Nigeria negó autorización para el despliegue de tropas.
Más allá de los gobiernos, líderes de opinión de diferentes países africanos también se pronunciaron en contra. Hasta en la misma Nigeria, las personas salieron a la calle en contra de la intervención.
En resumen, hay países comportándose como imperialistas dentro del mismo continente. Lo hacen con el apoyo público de las potencias occidentales, en especial de Francia. Parafraseando a Traoré, los occidentales están tirando las cuerdas y estos gobiernos, muy impopulares en sus países, bailan al ritmo que les dictan.
La Unión Africana apoyó inicialmente a la CEDEAO, sumando tensiones en los días siguientes del golpe, pero finalmente el miércoles se posicionó contra cualquier intervención militar en Níger.
La tensa calma de los BRICS
La crisis está lejos de solucionarse. Mientras en medios africanos independientes se dice que la posibilidad de una confrontación bélica es cada vez menor, los occidentales tocan tambores de guerra. Pareciera que quieren preparar a la opinión pública para justificar una intervención. En estos momentos, cualquier cosa podría pasar.
En este contexto se dará la cumbre de los BRICS. Si bien los objetivos principales del bloque son económicos, también se presentan como una opción a los países en desarrollo frente a las condiciones de las instituciones occidentales. Asimismo, los intentos de desligarse del dólar tendrán profundas implicancias geopolíticas.
Hasta ahora, no ha habido una declaración del bloque y Sudáfrica ha apoyado a la CEDEAO. Habrá dos espacios claves donde se podría tocar la crisis en el Sahel Occidental: el Compromiso BRICS- África y los diálogos BRICS+.
De hacer como si nada pasara o apoyar a la CEDEAO, diluiría el espíritu panafricanista con el que la Cumbre fue planteada. El bloque caería en contradicción con sus propios principios de no intervención y respeto a los procesos locales, además de alienar a varios países del Continente.
Sería una segunda derrota para Sudáfrica, luego de ceder ante las presiones occidentales y de la oposición de ese país por la asistencia presencial de Vladímir Putin.
Por ahora, muchos hemos pasado de tener altas expectativas a muchas dudas. Toca esperar el desenlace.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
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