Por qué el fortalecimiento militar de Japón genera preocupación en Corea del Sur
El 16 de diciembre Japón adoptó una nueva estrategia de seguridad nacional. El documento fija la política en esta materia para los próximos cinco años y no solo estipula los gastos militares por un valor de unos 315.000 millones de dólares, sino también tacha a China del "mayor desafío estratégico" para Tokio.
La decisión de Japón de aumentar las capacidades militares provocó críticas no solo en China, Rusia y Corea del Norte. Incluso Seúl, siendo un aliado de Tokio y Washington, también mostró preocupación por sus nuevas aspiraciones militares.
Islas en disputa: ¿Dokdo o Takeshima?
La estrategia de seguridad nacional de Japón estipula no solo el derecho de autodefensa y contraataque, sino también la soberanía de Japón sobre las islas en disputa entre Seúl y Tokio. Las islas son conocidas como Dokdo en Corea del Sur, y Takeshima en Japón, y están controladas por un pequeño contingente de la guardia costera surcoreana.
El día que Japón aprobó su estrategia, el Ministerio de Exteriores de Corea del Sur alentó a Tokio eliminar los reclamos territoriales del documento. Según se desprende del comunicado de la Cancillería, este paso impide "construir relaciones con miras al futuro" entre los dos países. Además, la Cancillería surcoreana convocó a un diplomático japonés de alto rango, mientras que el Ministerio de Defensa hizo lo mismo con un funcionario militar de Japón para expresar su protesta.
Asimismo, la semana pasada Seúl llevó a cabo simulacros militares cerca de las islas en disputa, lo que provocó protestas de Tokio. El director general de la Oficina de Asuntos de Asia y Oceanía de la Cancillería japonesa, Takehiro Funakoshi, afirmó que los simulacros fueron "totalmente inaceptables" y "extremadamente lamentables".
"El compromiso al pacifismo y a la no proliferación"
Mientras tanto, los politólogos surcoreanos opinan que los nuevos planes japoneses sobre su capacidad militar socavan la relaciones entre Seúl y Tokio, ya que anteriormente Japón había mostrado su "compromiso hacia el pacifismo y a la no proliferación", dijo Nam Ki-jeong, director interino del Instituto de Estudios Japoneses de la Universidad Nacional de Seúl.
El profesor de Estudios Japoneses en la Universidad de Kookmin, Lee Won-deog, constató que EE.UU. "apoya a un Japón más fuerte" a la luz de las actividades militares de Pionyang, por lo que Corea del Sur tiene que ser "inteligente para asegurarnos de que no se desencadena una guerra aquí por accidente".
Según Lee, la Administración surcoreana renunció a discutir un escenario del conflicto armado en la península, explicando que Seúl tiene que dar permiso de antemano. No obstante, Japón hace caso omiso a las preocupaciones de Corea del Sur bajo el pretexto de la autodefensa.
"En primer lugar, Japón tiene que hablar con EE.UU., su aliado más grande, antes de cualquier acción militar. EE.UU., a la vez, tendría que comunicarse con Corea del Sur, otro aliado asiático. Entonces, de todos modos los tres [países] necesitan un protocolo para arreglar cualquier problema que pueda surgir", subrayó.
La profesora adjunta de Estudios Internacionales en la Universidad Nacional de Kongju, Eunjung Lim, citada por DW, calificó las relaciones entre Corea del Sur y Japón de "muy complicadas" debido a una historia compleja y "recuerdos traumáticos del dominio colonial de Japón" en la península de Corea. También destacó que muchos ciudadanos surcoreanos no perciben a Tokio como un "socio fiable" a la luz del incremento del presupuesto militar japonés para convertirlo en el tercero más grande del mundo, lo que también "contradice la Constitución pacífica de Japón".
Asimismo, Lim explicó que, de acuerdo con la Constitución surcoreana, Corea del Norte es parte del territorio coreano. Por ello, un posible contraataque de Tokio contra Pionyang se percibirá como un ataque contra Corea del Sur.
Reacción de EE.UU.
No obstante, Washington acogió con beneplácito la nueva estrategia de Japón. Según Lloyd Austin, el secretario de Defensa norteamericano, citado por CNN, el documento "refleja un firme compromiso de Japón para mantener el orden internacional basado en reglas y el Indo-Pacífico libre y abierto".
"Apoyamos la decisión de Japón de adquirir nuevas capacidades que fortalezcan la disuasión regional, incluso las capacidades de contraataque ", agregó.