"La japonesa más frugal": compra tres casas antes de los 35 ahorrando en comida y ropa
Saki Tamogami pudo cumplir su sueño de disponer de tres casas antes de cumplir los 35. Para lograrlo, limitó su gasto diario en comida en 200 yenes (1,4 dólares estadounidenses) dólares al día en comida, durante quince años, lo que le valió el apodo de "la chica más frugal de Japón".
Tamogami, que ahora tiene 37 años, apareció en 2019 en el programa de televisión japonés 'Happy! Bomby Girl' sobre mujeres jóvenes que cambian su vida gracias al trabajo duro y a la perseverancia, según SCMP.
La mujer puso en marcha su plan inmediatamente después de graduarse en la universidad. Mientras trabajaba como agente de bienes raíces, era frugal con su salario y ahorraba la mayor parte. Tamogami confesó que halla consuelo y seguridad al economizar y que disfruta viendo crecer sus ahorros.
Saki Tamogami, 37, ‘most frugal woman’ in Japan spends US$1.4 a day on food, saves enough to buy 3 houses by 34Woman sets goal at 19, eats straight from pot, sticks to motto, ‘Never buy anything without a discount’https://t.co/FEzeddXuwEpic.twitter.com/5BpxM9uIn5
— Timothy Karera (@Tkarera) August 28, 2024
Para cumplir con su límite diario, Saki cocinaba siempre en casa y compraba sobre todo alimentos en oferta. Su dieta incluía tostadas, fideos udon y rábanos. Una comida le costaba 35 centavos estadounidenses. Ocasionalmente, añadía un poco de variedad, como mermelada sobre pan o un trozo de salmón con arroz, pero rara vez superaba los 200 yenes (1,4 dólares) al día en comida.
Desde los 19 años, Tamogami no compra ropa nueva: se las arregla con lo que le regalan sus familiares. La chica tampoco recurre nunca a servicios de estilistas ni a cosmetólogos. Es más, durante su etapa de austeridad, vendía su pelo.
A los 27 años, compró su primera casa por unos 69.000 dólares y la dio en alquiler. Dos años más tarde, Tamogami compró una segunda casa por 124.500 dólares. En 2019 cumplió su sueño de convertirse en propietaria de un tercer piso por 256.000 dólares.
Además, la emprendedora japonesa abrió una cafetería para gatos en la planta baja de su tercera casa, ofreciendo refugio y apoyo a muchos animales callejeros.
Actualmente, pese a que es económicamente independiente, Saki sigue ahorrando y planea seguir invirtiendo en inmuebles.