Sociedad
Se descartan cientos de riñones donados en EE.UU. mientras miles de pacientes esperan
El año pasado 4.720 pacientes fallecieron en Estados Unidos en espera de un trasplante de riñón. Sin embargo, en cada uno de los últimos cinco años más de 2.600 riñones fueron obtenidos de donantes muertos y descartados sin realizarse un trasplante.
Muchos expertos coinciden en que una cantidad significativa de los desechados, hasta la mitad, podría haber sido trasplantada si el sistema de distribución funcionara mejor.
Una de las razones de tal desperdicio, según los expertos, consiste en la supervisión gubernamental, que demanda que los centros médicos publiquen los datos sobre la supervivencia en los trasplantes. Los datos se ajustan con factores de riesgo relativo y comparan con las tasas esperadas.
Si el número de errores supera los niveles esperados en un 50%, los programas de trasplante se marcan. Si eso ocurre dos veces en 30 meses, a los administradores del programa se les da un breve período de prueba para mejorar. El paso siguiente es suspenderle la licencia de trasplantes al centro.
Ante la amenaza de sanciones del gobierno, los médicos han sido mucho más selectivos respecto a los órganos y los pacientes que los aceptan, lo que ha conllevado a más rechazos, informa ´The New York Times´ citando a expertos.
"Si uno ha logrado los órganos, pero el trasplante potencial cuenta con una tasa elevada de riesgo, y el centro ha tenido un par de malos resultados recientemente, dice: 'Bueno, ¿por qué debo hacerlo?´", explicó el doctor Lloyd E. Ratner, del departamento de trasplantes renales y pancreático en el hospital NewYork-Presbyterian/Columbia.
El sistema de distribución de riñones no hace caso a la esperanza de vida del receptor de turno o la urgencia del trasplante. Como resultado, los riñones que pueden funcionar durante décadas son enviados a los pacientes de edad mayor, a los que quedan sólo unos pocos años de vida.
Y cuando riñones más viejos y de menor calidad están disponibles, los candidatos en la cima de la lista y sus médicos pueden simplemente rechazarlos, con la esperanza de obtener unos mejores. En este caso se contacta el siguiente candidato de la lista, que contabiliza a unas 115.000 personas en EE.UU.
Una de las razones de tal desperdicio, según los expertos, consiste en la supervisión gubernamental, que demanda que los centros médicos publiquen los datos sobre la supervivencia en los trasplantes. Los datos se ajustan con factores de riesgo relativo y comparan con las tasas esperadas.
Si el número de errores supera los niveles esperados en un 50%, los programas de trasplante se marcan. Si eso ocurre dos veces en 30 meses, a los administradores del programa se les da un breve período de prueba para mejorar. El paso siguiente es suspenderle la licencia de trasplantes al centro.
Ante la amenaza de sanciones del gobierno, los médicos han sido mucho más selectivos respecto a los órganos y los pacientes que los aceptan, lo que ha conllevado a más rechazos, informa ´The New York Times´ citando a expertos.
"Si uno ha logrado los órganos, pero el trasplante potencial cuenta con una tasa elevada de riesgo, y el centro ha tenido un par de malos resultados recientemente, dice: 'Bueno, ¿por qué debo hacerlo?´", explicó el doctor Lloyd E. Ratner, del departamento de trasplantes renales y pancreático en el hospital NewYork-Presbyterian/Columbia.
El sistema de distribución de riñones no hace caso a la esperanza de vida del receptor de turno o la urgencia del trasplante. Como resultado, los riñones que pueden funcionar durante décadas son enviados a los pacientes de edad mayor, a los que quedan sólo unos pocos años de vida.
Y cuando riñones más viejos y de menor calidad están disponibles, los candidatos en la cima de la lista y sus médicos pueden simplemente rechazarlos, con la esperanza de obtener unos mejores. En este caso se contacta el siguiente candidato de la lista, que contabiliza a unas 115.000 personas en EE.UU.
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