Economía
¿Quién es el enigmático creador del bitcóin?
Cada vez más investigadores intentan averiguar quién es en realidad el fundador del bitcóin, el más exitoso proyecto de moneda electrónica. Algunos sostienen que el programador, conocido solo por su alias, pudo haber 'minado' su sistema.
De momento casi no quedan dudas de que el nombre de Satoshi Nakamoto es ficticio. Una persona que se hacía llamar así fue la que lanzó el proyecto del bitcóin en enero de 2009, enseñó a los usuarios cómo ganar dinero en la interacción de las redes que forman parte de Internet y desarrolló el popular sistema de transferencias y cambio.
El 'japonés', de aproximadamente 40 años, según afirma él mismo, publicó en un buen inglés medio millar de mensajes en distintos foros, incluido el sitio Bitcointalk.org. Solo estos mensajes y un breve resumen de la teoría de la criptodivisa forman ahora su herencia intelectual, ya que a comienzos de 2011 se retiró de todos los foros, alegando que prefería dedicarse a otros asuntos.
Varios expertos calcularon que el monedero virtual de 'Satoshi' puede haber acumulado alrededor de un millón de bitcoines. Teniendo en cuenta que este diciembre la criptomoneda ha alcanzado un tipo de cambio de 1.250 dólares por bitcóin, el supuesto japonés bien podría considerarse una de las personas más ricas del mundo, aunque no ha realizado ningún pago desde esa cuenta número uno, aseguran los iniciados en el sistema.
Este mismo monedero, sospechan los analistas del sector financiero, en algún momento podría funcionar como bomba de acción retardada.
"Puede que estemos ante un científico desinteresado que nunca utilizará sus ahorros para no perjudicar a la sociedad. O puede que se trate de un Doctor Evil que sueña con llegar a ser el primero billonario del planeta", insinúa al respecto la revista rusa 'Computerra'. "En ese caso hay que esperar feroces especulaciones semejantes a las manipulaciones bursátiles de los EE.UU. del siglo XIX".
Pese al evidente deseo de esconder su identidad, el programador dejó algunas pistas.
Hubo intentos de someter los mensajes de Satoshi a uno u otro método de análisis formal: cuantitativo, ortográfico o estilístico. Por ejemplo, uno de los investigadores analizó las marcas temporales en los foros y dedujo que el 'japonés' escribió muy pocos mensajes cuando era de noche en EE.UU. De ahí se infiere que en realidad vivía en territorio estadounidense.
Otro posible dato se obtuvo a partir de sus peculiaridades idiomáticas: en su excelente inglés destacaban ciertas peculiaridades de la variante británica que pusieron en duda que realmente fuera japonés.
'Satoshi' dejó una huella en el propio código binario de programación del bitcóin, en el llamado 'bloque de génesis'. Deliberadamente o no, el autor incluyó allí la mención de un artículo publicado el 3 de enero de 2009 por el periódico 'The Times'. El contenido del artículo estaba estrechamente relacionado con las criptodivisas. Era una entrevista en la que el entonces ministro de Hacienda del Reino Unido descartaba que la criptografía pudiera ser crucial a la hora de encontrar una solución a los problemas políticos, añadiendo sin embargo que podía ayudar a "ganar una gran batalla y obtener un espacio de libertad durante varios años".
El programador copió exactamente el titular del artículo, pero borró de él dos palabras, concretamente el nombre del ministro, Alistair Darling. Y es que en la misma entrevista el funcionario confesó que conseguía con más éxito difundir sus pensamientos con el código de programación que con las palabras.
La investigación más profunda sobre la identidad del creador del bitcóin es obra del activista Sky Grey. Este dedujo que detrás del alias de Satoshi se escondía el profesor estadounidense en Derecho y Economía Nick Szabo, muy experimentado en los temas de IT. Se reveló una multitud de coincidencias textuales y estadísticas entre sus trabajos y la teoría del bitcóin. Ante todo, era autor de un proyecto que no llegó a materializarse, el 'bit gold', cuya filosofía coincide con la del bitcóin. Por no hablar ya del nombre...
Sky Grey destaca que, en su resumen científico, Satoshi Nakamoto citó a decenas de antecedentes científicos que se remontaban a los últimos veinte años, pero ignoraba a Szabo. La única explicación que encuentra el investigador es que era él mismo y todavía redactaba su resumen como Szabo para luego publicarlo bajo el alias.
El 'japonés', de aproximadamente 40 años, según afirma él mismo, publicó en un buen inglés medio millar de mensajes en distintos foros, incluido el sitio Bitcointalk.org. Solo estos mensajes y un breve resumen de la teoría de la criptodivisa forman ahora su herencia intelectual, ya que a comienzos de 2011 se retiró de todos los foros, alegando que prefería dedicarse a otros asuntos.
Varios expertos calcularon que el monedero virtual de 'Satoshi' puede haber acumulado alrededor de un millón de bitcoines. Teniendo en cuenta que este diciembre la criptomoneda ha alcanzado un tipo de cambio de 1.250 dólares por bitcóin, el supuesto japonés bien podría considerarse una de las personas más ricas del mundo, aunque no ha realizado ningún pago desde esa cuenta número uno, aseguran los iniciados en el sistema.
Este mismo monedero, sospechan los analistas del sector financiero, en algún momento podría funcionar como bomba de acción retardada.
"Puede que estemos ante un científico desinteresado que nunca utilizará sus ahorros para no perjudicar a la sociedad. O puede que se trate de un Doctor Evil que sueña con llegar a ser el primero billonario del planeta", insinúa al respecto la revista rusa 'Computerra'. "En ese caso hay que esperar feroces especulaciones semejantes a las manipulaciones bursátiles de los EE.UU. del siglo XIX".
Puede que estemos ante un científico desinteresado que nunca utilizará sus ahorros para no perjudicar a la sociedad. O puede que se trate de un Doctor Evil que sueña con llegar a ser el primero billonario del planeta
Pese al evidente deseo de esconder su identidad, el programador dejó algunas pistas.
Hubo intentos de someter los mensajes de Satoshi a uno u otro método de análisis formal: cuantitativo, ortográfico o estilístico. Por ejemplo, uno de los investigadores analizó las marcas temporales en los foros y dedujo que el 'japonés' escribió muy pocos mensajes cuando era de noche en EE.UU. De ahí se infiere que en realidad vivía en territorio estadounidense.
Otro posible dato se obtuvo a partir de sus peculiaridades idiomáticas: en su excelente inglés destacaban ciertas peculiaridades de la variante británica que pusieron en duda que realmente fuera japonés.
'Satoshi' dejó una huella en el propio código binario de programación del bitcóin, en el llamado 'bloque de génesis'. Deliberadamente o no, el autor incluyó allí la mención de un artículo publicado el 3 de enero de 2009 por el periódico 'The Times'. El contenido del artículo estaba estrechamente relacionado con las criptodivisas. Era una entrevista en la que el entonces ministro de Hacienda del Reino Unido descartaba que la criptografía pudiera ser crucial a la hora de encontrar una solución a los problemas políticos, añadiendo sin embargo que podía ayudar a "ganar una gran batalla y obtener un espacio de libertad durante varios años".
El programador copió exactamente el titular del artículo, pero borró de él dos palabras, concretamente el nombre del ministro, Alistair Darling. Y es que en la misma entrevista el funcionario confesó que conseguía con más éxito difundir sus pensamientos con el código de programación que con las palabras.
La investigación más profunda sobre la identidad del creador del bitcóin es obra del activista Sky Grey. Este dedujo que detrás del alias de Satoshi se escondía el profesor estadounidense en Derecho y Economía Nick Szabo, muy experimentado en los temas de IT. Se reveló una multitud de coincidencias textuales y estadísticas entre sus trabajos y la teoría del bitcóin. Ante todo, era autor de un proyecto que no llegó a materializarse, el 'bit gold', cuya filosofía coincide con la del bitcóin. Por no hablar ya del nombre...
Sky Grey destaca que, en su resumen científico, Satoshi Nakamoto citó a decenas de antecedentes científicos que se remontaban a los últimos veinte años, pero ignoraba a Szabo. La única explicación que encuentra el investigador es que era él mismo y todavía redactaba su resumen como Szabo para luego publicarlo bajo el alias.
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