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La cultura en Turquía da un paso atrás durante el Gobierno de Erdogan
La indignación de los turcos contra el Gobierno actual va en aumento, y de los asuntos políticos se extiende a los aspectos culturales, que bajo la administración de Erdogan parecen ser completamente ignorados.
La ira aumenta debido a las leyes que limitan la financiación del arte, al fuerte control sobre el repertorio o al apoyo del Gobierno solo para los proyectos "necesarios". Estas son algunas de las consecuencias de la política de Erdogan, que llegó a afirmar que el balé es un arte que no tiene sentido.
Las protestas multitudinarias tuvieron su origen en el descontento creado por los planes del Gobierno de Erdogan sobre la renovación de la plaza Taksim y el parque Gezi, que incluyen la demolición del Centro Cultural Ataturk.
Erdogan afirmó que construiría un nuevo teatro de ópera y balé en el actual emplazamiento del centro, pero muchos cuestionan esta promesa. Algunos creen que, incluso si se construyera, sería accesible solo para las élites.
"Dicen que quieren construir un teatro de ópera aquí, pero nadie se lo cree. Los manifestantes quieren conservar este edificio, que tiene un valor cultural específico. Sí que necesita una reconstrucción, porque lo construyeron hace mucho tiempo. Pero nadie cree que el Gobierno cumpla con su promesa", afirma Nihat, jefe de la seguridad del centro cultural.
'Tayyip dimisión' es el lema de una de las numerosas pancartas que cubren el exterior del edificio, que se convirtió en el baluarte de los opositores después de que lo tomaran por la fuerza a principios de junio.
El derribo que la política del primer ministro turco planea para este emblemático parece haber agudizado todavía más el descontento social de la población.
Las protestas multitudinarias tuvieron su origen en el descontento creado por los planes del Gobierno de Erdogan sobre la renovación de la plaza Taksim y el parque Gezi, que incluyen la demolición del Centro Cultural Ataturk.
Dicen que quieren construir un teatro de ópera aquí, pero nadie se lo cree. Los manifestantes quieren conservar este edificio, que tiene un valor cultural específico.Construido en los años 40, el Centro Cultural Ataturk siempre supuso un motivo de orgullo para los turcos, que lo consideran parte del legado de Kemal Ataturk, el fundador y primer presidente de la moderna República de Turquía y símbolo de la nación.
Erdogan afirmó que construiría un nuevo teatro de ópera y balé en el actual emplazamiento del centro, pero muchos cuestionan esta promesa. Algunos creen que, incluso si se construyera, sería accesible solo para las élites.
"Dicen que quieren construir un teatro de ópera aquí, pero nadie se lo cree. Los manifestantes quieren conservar este edificio, que tiene un valor cultural específico. Sí que necesita una reconstrucción, porque lo construyeron hace mucho tiempo. Pero nadie cree que el Gobierno cumpla con su promesa", afirma Nihat, jefe de la seguridad del centro cultural.
'Tayyip dimisión' es el lema de una de las numerosas pancartas que cubren el exterior del edificio, que se convirtió en el baluarte de los opositores después de que lo tomaran por la fuerza a principios de junio.
El derribo que la política del primer ministro turco planea para este emblemático parece haber agudizado todavía más el descontento social de la población.
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