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El Pentágono actualizará los cazas F-35 para Israel
EE. UU. actualizará la parte electrónica del equipamiento bélico de los cazas F-35 de quinta generación destinados a Israel. El respectivo programa de modificación tiene un montante total de 450 millones de dólares y finalizará para 2016.
Se prevé que en los aviones que está comprando Jerusalén se instalen sistemas de radio y de transición de datos de producción israelí. Los ingenieros israelíes están diseñando, además, cascos avanzados para los pilotos de los F-35. Según filtran los medios estadounidenses, el Pentágono completará el acuerdo de actualización de los cazas con la empresa productora, Lockheed Martin, en las próximas semanas.
El acuerdo de actualización forma parte del contrato de un total de 2.750 millones de dólares firmado entre los dos países hace dos años. El documento prevé la compra de 19 F-35 por parte de Israel y deja abierta la posibilidad para adquirir 75 aviones más, lo que aumentaría el coste de la transacción hasta los 15.200 millones de dólares.
Los F-35 son cazas polivalentes monoplaza de quinta generación que actualmente siguen en fase de desarrollo para llevar a cabo misiones de ataque a tierra, reconocimiento y defensa aérea con capacidad furtiva. Tienen tres variantes básicas: el F-35A, la versión convencional; el F-35B, capaz de realizar despegues cortos y aterrizajes verticales, y el F-35C que es una variante naval para operar en portaaviones.
Es el programa de defensa más caro de la historia. El Pentágono fijó un precio de 304,15 millones de dólares para cada uno de los 32 aviones que el Gobierno de EE.UU. tiene planeado adquirir en el año fiscal 2012, gastos de investigación, desarrollo, prueba y evaluación incluidos.
A pesar de las inversiones multimillonarias, el proyecto hasta el momento no ha logrado convencer a los escépticos de su eficacia. Sus críticos destacan fallos en su diseño, mientras que algunos van aún más allá e insisten en que el F-35 no es un caza de quinta generación, ya que no se corresponde con algunos requisitos fundamentales para una obra de quinta generación. Según acentúa la página web ausairpower.net, no es capaz de hacer un vuelo supersónico sin postcombustión, tiene una relación empuje a peso muy reducida (esta característica, junto con la carga alar, es uno de los dos parámetros más importantes que determinan el rendimiento de un avión; en un avión de combate es un indicador de su maniobrabilidad) y una sección radar equivalente (RCS, por sus siglas en inglés) relativamente larga, lo que significa que es más fácil de detectar el caza.
El gesto de confianza por parte de Israel hacia la obra estadounidense se hizo público en vísperas de la visita del secretario de Defensa, Leon Panetta, a Jerusalén, programada para esta semana para discutir la situación en Oriente Próximo.
Se planea que los temas principales de los encuentros que empezarán el 1 de agosto sean el programa nuclear de Irán, la volátil situación en Siria y las relaciones entre Israel y Egipto. Se espera, además, que el secretario de Defensa ratifique el compromiso de Washington con la seguridad de Israel e incluso anuncie un nuevo paquete de seguridad. Según Panetta, la cooperación entre los dos países en materia de defensa no tiene precedentes.
El acuerdo de actualización forma parte del contrato de un total de 2.750 millones de dólares firmado entre los dos países hace dos años. El documento prevé la compra de 19 F-35 por parte de Israel y deja abierta la posibilidad para adquirir 75 aviones más, lo que aumentaría el coste de la transacción hasta los 15.200 millones de dólares.
Los F-35 son cazas polivalentes monoplaza de quinta generación que actualmente siguen en fase de desarrollo para llevar a cabo misiones de ataque a tierra, reconocimiento y defensa aérea con capacidad furtiva. Tienen tres variantes básicas: el F-35A, la versión convencional; el F-35B, capaz de realizar despegues cortos y aterrizajes verticales, y el F-35C que es una variante naval para operar en portaaviones.
Es el programa de defensa más caro de la historia. El Pentágono fijó un precio de 304,15 millones de dólares para cada uno de los 32 aviones que el Gobierno de EE.UU. tiene planeado adquirir en el año fiscal 2012, gastos de investigación, desarrollo, prueba y evaluación incluidos.
A pesar de las inversiones multimillonarias, el proyecto hasta el momento no ha logrado convencer a los escépticos de su eficacia. Sus críticos destacan fallos en su diseño, mientras que algunos van aún más allá e insisten en que el F-35 no es un caza de quinta generación, ya que no se corresponde con algunos requisitos fundamentales para una obra de quinta generación. Según acentúa la página web ausairpower.net, no es capaz de hacer un vuelo supersónico sin postcombustión, tiene una relación empuje a peso muy reducida (esta característica, junto con la carga alar, es uno de los dos parámetros más importantes que determinan el rendimiento de un avión; en un avión de combate es un indicador de su maniobrabilidad) y una sección radar equivalente (RCS, por sus siglas en inglés) relativamente larga, lo que significa que es más fácil de detectar el caza.
El gesto de confianza por parte de Israel hacia la obra estadounidense se hizo público en vísperas de la visita del secretario de Defensa, Leon Panetta, a Jerusalén, programada para esta semana para discutir la situación en Oriente Próximo.
Se planea que los temas principales de los encuentros que empezarán el 1 de agosto sean el programa nuclear de Irán, la volátil situación en Siria y las relaciones entre Israel y Egipto. Se espera, además, que el secretario de Defensa ratifique el compromiso de Washington con la seguridad de Israel e incluso anuncie un nuevo paquete de seguridad. Según Panetta, la cooperación entre los dos países en materia de defensa no tiene precedentes.
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