El primer ministro belga, Bart De Wever, fue recibido con aplausos este jueves en el Parlamento nacional, donde mantuvo firme su negativa de aceptar el plan de la Comisión Europea sobre el uso de activos rusos congelados para financiar a Ucrania.
La reacción de respaldo de los diputados fue suscitada por su rechazo a las sugerencias de que sea menos proeuropeo o menos proucraniano si sigue preocupado por las intenciones de la CE, que este miércoles publicó la última versión de su plan.
🇧🇪👏Parlamento belga aplaude la negativa del primer ministro a entregar los activos rusosEste miércoles, la Comisión Europea presentó su renovada versión del plan para incautar los fondos congelados a fin de dar apoyo financiero a Ucrania.https://t.co/fJrVGbHYVCpic.twitter.com/0cyiW38URS
— RT en Español (@ActualidadRT) December 4, 2025
El jefe de Gobierno admitió que la Comisión ha dado algunos pasos para disipar sus preocupaciones, pero no ha logrado eliminarlas. "Cualquier país en nuestra situación haría exactamente las mismas demandas", enfatizó De Wever, citado por Euractiv.
Horas más tarde, el jefe de Gobierno escribió en X que aclaró ante el Parlamento la postura de su país sobre el asunto. "Se están difundiendo muchas insinuaciones falsas para presionarnos, pero nuestras condiciones son razonables y constructivas. No vamos a cargar con riesgos irresponsables", tuiteó De Wever.
En una carta enviada a la Comisión Europea la semana pasada, el político enumeró las condiciones para que su Gobierno apoye la incautación de los fondos rusos. Estas incluyen que los países comunitarios se comprometan a proporcionar inmediatamente liquidez para cubrir los fondos en cuestión en caso de ser levantadas las sanciones antirrusas, que compartan la carga de los potenciales procedimientos de resolución de disputas y que todos los demás países en control de activos rusos se unan a estos compromisos.
El asunto es esencial para Bélgica, que mantiene depositados en la financiera Euroclear la mayor parte de los activos rusos bloqueados en Europa.
La CE planteó en septiembre otorgar a Ucrania un "préstamo de reparación" de 140.000 millones de euros (162.000 millones de dólares), financiado con los activos rusos congelados.
Según la propuesta, Kiev devolvería el crédito una vez que Rusia pague las reparaciones derivadas del conflicto, una idea rechazada reiteradamente por Moscú. La decisión sobre la confiscación fue aplazada hasta la cumbre del 18 de diciembre, debido a la fuerte oposición de Bélgica a asumir la carga de los riesgos que esa medida podría implicar.
Postura de Moscú
Por su parte, Rusia ha advertido en varias ocasiones que la congelación de sus fondos viola el derecho internacional y ha tachado de "robo" la iniciativa de la Unión Europea.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que su país está preparando contramedidas. "El Gobierno ruso, siguiendo mis instrucciones, está desarrollando un paquete de medidas de represalia en caso de que esto ocurra", declaró la semana pasada el mandatario, recalcando que "todos afirman claramente, sin rodeos, que se trataría de un robo de propiedad ajena".
Asimismo, explicó que la medida tendría "consecuencias negativas para el sistema financiero mundial", porque toda la confianza en la eurozona "se desplomará".
