"Tour del horror": La visita a un campo de exterminio en México termina en escándalo

Madres buscadoras de desaparecidos de México denunciaron que las autoridades las maltrataron y revictimizaron durante la polémica visita al Rancho Izaguirre, ubicado en la localidad de Teuchitlán (Jalisco), en donde hace dos semanas fueron encontrados cientos de zapatos, ropa y mochilas que podrían pertenecer a víctimas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Las activistas coincidieron en calificar el recorrido como una "burla", "un show", "un teatro", "un circo", "un tour del horror" y "una simulación", ya que se realizó sin la presencia del fiscal general, Alejandro Gertz Manero, quien fue el que convocó a visitar el sitio. 

Elia Cervantes, del colectivo Familias Unidas por Nayarit, le dijo al diario El Universal que las autoridades desconocían el dolor que una madre, una esposa o una hija tienen por su familiar desaparecido porque la visita se asemejó más a la locación de una película. "Nos sentimos ofendidas", afirmó.

La buscadora Liliana Meza lamentó que las hubieran llevado a un rancho vacío y que ninguna autoridad les diera la cara, por lo que calificó el recorrido como "una emboscada".

El pasado 5 de marzo, el colectivo de familiares de desaparecidos Guerreros Unidos de Jalisco encontró restos humanos e indicios de un crematorio clandestino en el Rancho Izaguirre. El caso provocó una conmoción porque demostró nuevamente la crueldad de los cárteles que suelen asesinar, desmembrar e incinerar en masa a sus víctimas.

El horror

Esta semana, el fiscal general anunció que el jueves habría un recorrido por el lugar para los periodistas, a pesar de que podrían alterar la escena de un crimen de lesa humanidad que está bajo investigación. A último momento, y debido a la presión de los colectivos, también sumaron a las madres buscadoras de Jalisco y a otras que llegaron desde otros estados como Nayarit, Zacatecas, Guanajuato, Hidalgo.

Las mujeres, que suelen ser las que buscan y encuentran las fosas comunes y los sitios de exterminio, sin el apoyo de las autoridades, esperaban encontrar alguna huella de sus familiares pero, una vez en el lugar, descubrieron que ya se habían llevado las cientos de pertenencias que fueron encontradas amontonadas.

Mientras ellas recorrían el predio, desoladas, algunos periodistas realizaban reportes en vivo en los que, sin ninguna prueba científica, desmentían que ahí hubiera habido un crematorio, en tanto que otros apelaban al morbo y describían con sumo detalle la violencia que se presume sufrieron cientos de víctimas.

María Dolores Michel Covarrubias, integrante del colectivo Huellas de Amor, explicó en la revista Proceso que solo les dieron 15 minutos para permanecer en el rancho, por lo que pareció más un "recorrido turístico" del "terror".

Raúl Servín, del Colectivo de Guerreros Buscadores de Jalisco, calificó la visita como "un engaño" y "un teatro" que, en su juicio, es muestra del poco tacto de las autoridades para con los familiares que buscan a un ser querido.

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Alteración de pruebas

Por otra parte, Patricia Sotelo, una madre buscadora del colectivo Huellas de Amor, le dijo al portal Animal Político que ella no había viajado para divertirse en "un museo" o "zoológico", sino para buscar a su hija Fanny Areli Quezada Sotelo, desaparecida en 2021.

"Cuando la entrada al rancho Izaguirre se hizo embudo, las primeras madres salieron llorando; gritaban traumatizadas que el gobierno se había llevado de Teuchitlán las evidencias que tenía que mostrarles, que no había ropas, que las engañaron, que ya no sabrían de sus hijxs", denunció en sus redes sociales la periodista Marcela Turati.

La reportera aseguró que el ingreso al lugar se hizo sin control, que pudieron alteraste posibles evidencias periciales, que había una pared a punto de caer y que, aun en medio del desorden, las madres encontraron una valija enterrada.