Los secretos de una ciudad de 4.000 años de antigüedad escondida en un oasis de Arabia Saudita
A principios de año fue descubierta una fortificación gigante de unos 4.000 años de antigüedad con más de 1.000 hectáreas de territorio, que cercaba al oasis de Jáibar en el norte de Arabia Saudita. La construcción es considerada una de las más grandes de la península arábiga correspondiente a la Edad de Bronce.
La ciudad construida alrededor del 2400-2000 a. C. estaba dividida funcionalmente en una zona residencial, una necrópolis y probablemente una zona de toma de decisiones interconectadas por pequeñas calles que obedecían a un plan estándar que, en comparación con otros centros vecinos, revela un proceso de urbanización lento pero creciente en el noreste arábigo, según el nuevo estudio publicado en la revista Plos One.
El grupo de arqueólogos que hizo el hallazgo nombró al asentamiento como al-Natah. De acuerdo con sus datos, en el asentamiento vivían unas 500 personas que pasaron de ser nómadas a una sociedad sedentaria especializada en el ámbito artesanal, que trabajaba especialmente con la cerámica y el metal empleados más allá del uso doméstico.
Al-Natah
Es posible que la fase de ocupación de al-Natah hubiera sido hasta mediados del siglo XVI a. C. y su obra más relevante de urbanización fue crear una muralla de protección exterior, seguido por una segunda capa de fortificación años más tarde, que sirvió para aumentar la identidad comunitaria y enfatizar en el control de recursos de la ciudad.
Las murallas monumentales son el testimonio de trabajos colectivos organizados según un núcleo estratégico de toma de decisiones, que prevalecía en una época de cambios climáticos, evolución sociopolítica y aparición de nuevas prácticas funerarias como las tumbas escalonadas basadas en la protección y ostentación probablemente vinculadas a la estratificación social.
Se considera que al-Natah era una pequeña civilización en comparación con las antiguas ciudades de Mesopotamia o Egipto, sin embargo, es un gran exponente sobre la transición socioeconómica desde la vida nómada al sedentarismo, lo que puede estar relacionado con la ralentización de su urbanización y su débil organización jerárquica durante la Edad de Bronce.