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El Gobierno de Lula estudia crear un impuesto mínimo para millonarios en Brasil
La idea es utilizar los gravámenes para financiar el aumento de exención de la renta para quienes ganen hasta 5.000 reales (unos 1.000 dólares).
El Gobierno de Brasil estudia en profundidad la creación de un impuesto mínimo para personas físicas que garantice una tributación efectiva de la renta de los millonarios en esta nación.
Según Folha de S. Paulo, el debate se desarrolla en privado dentro del equipo del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, y la idea es utilizar los impuestos para financiar el aumento de exención de la renta para quienes ganen hasta 5.000 reales (unos 1.000 dólares). El umbral actual está en 2.864 reales (uno 510 dólares, dos salarios mínimos).
Esta propuesta, una promesa de campaña del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se analiza después de que, la semana pasada, se publicase un decreto que establece un impuesto mínimo del 15 % sobre los beneficios de las multinacionales.
En 2021, el G20 dio luz verde al acuerdo global para instaurar un impuesto del 15 % a las multinacionales, un tema auspiciado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y firmado por un total de 131 países.
Con esta reforma de la arquitectura tributaria global se busca redistribuir de una forma más justa las ganancias multimillonarias de las multinacionales, así como impedir que los países les propongan a estas entidades tasas impositivas más bajas para atraer así las inversiones a sus economías.
Un sistema progresivo
El diario, que cita fuentes del gobierno, dice que una posibilidad es que el impuesto mínimo se aplique en Brasil a quienes tengan ingresos superiores a un millón de reales (unos 180.000 dólares). Hoy en día, alrededor de 250.000 personas forman parte de este grupo.
En Brasil, cuanto mayor es el ingreso de un individuo, la tendencia es que el impuesto que paga sea menor. Lo que el gobierno de Lula pretende es que el sistema sea más progresivo.
El impuesto mínimo está en línea con la propuesta del economista Gabriel Zucman, que plantea gravar globalmente a los superricos y que se imponga un impuesto del 2 % sobre la riqueza de unas 3.000 personas que poseen más de 1.000 millones de dólares, lo que generaría unos ingresos de unos 250.000 millones de dólares.
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