Preocupación en la NASA por la calidad y los sobrecostos del cohete Boeing que volará a la Luna
La Oficina del Inspector General (OIG) de la NASA emitió este jueves un informe en el que se muestra muy preocupada por los problemas en el desarrollo de una versión mejorada del cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) que la agencia encargó a Boeing, y que se espera que lleve a los astronautas del programa Artemis a la Luna.
El reporte advierte que los sistemas de control de calidad del gigante aeronáutico no cumplen con los requisitos de la NASA y que algunas deficiencias conocidas no han sido abordadas. Además, denuncia que el cohete lleva años de retraso, sus costes han superado significativamente el presupuesto y está siendo construido por "técnicos inexpertos" dirigidos por gerentes ineficaces.
Sobrecostos, demoras y problemas de calidad
En construcción desde 2014, la segunda etapa Bloque 1B del SLS estaba originalmente programada para despegar como parte de la misión de sobrevuelo lunar Artemis II de la NASA el próximo año. Desde entonces, su debut se ha pospuesto hasta la misión Artemis IV de 2028.
Sin embargo, la OIG es escéptica sobre la posibilidad de alcanzar esa fecha y estima que el costo aumentará de 962 millones de dólares en 2017 a 2.800 millones de dólares para 2025.
Boeing prometió inicialmente entregar la etapa superior en febrero de 2021, y ahora insiste en que estará lista en abril de 2027.
Los inspectores de la NASA que visitaron la planta de ensamblaje Michoud de Boeing en Luisiana encontraron "deficiencias de calidad" flagrantes, según el informe. En ese sentido, se emitieron 71 solicitudes de acciones correctivas para remediar estos problemas, "una cifra elevada […] para un sistema de vuelo espacial en esta etapa de desarrollo".
"Los problemas de control de calidad en Michoud se deben en gran medida a la falta de un número suficiente de trabajadores aeroespaciales capacitados y experimentados en Boeing", se advierte en el reporte de la agencia.
Advertencias ignoradas
El reporte acusa a Boeing de, lejos de tener en cuenta las recomendaciones, pasarlas por alto. "El proceso de Boeing para abordar las deficiencias hasta la fecha ha sido ineficaz y la compañía en general no ha respondido a la hora de tomar medidas correctivas cuando vuelven a ocurrir los mismos problemas de control de calidad", se indica.
Ante la situación, la Oficina del Inspector General recomendó a la NASA que se multe a la firma por su "incumplimiento de las normas de control de calidad". Sin embargo, la administradora asociada adjunta de la NASA, Catherine Koerner, anunció el jueves que no se tomarán tales medidas.
El informe supone un escrutinio adicional para Boeing, que ya está lidiando con problemas que afectan al primer vuelo tripulado de su cápsula Starliner, además de las numerosas denuncias sobre la seguridad de sus aviones después de que un panel de la puerta explotara en uno de sus aviones 737 Max en enero.