Estos productos aumentan el nivel de 'químicos eternos' en el organismo de mujeres embarazadas

Las mujeres embarazadas que más consumen arroz blanco, huevos, mariscos y café son más propensas a tener una mayor cantidad de sustancias tóxicas en el plasma sanguíneo y la leche materna, revela nuevo estudio publicado en la revista Science of The Total Environment.

Asimismo, los autores descubrieron una asociación entre el consumo de carne roja y los niveles de PFOS, uno de los compuestos de PFAS más comunes y peligrosos.

La investigación, realizada por un equipo internacional de científicos, se realizó en base a las muestras de 3.000 mujeres gestantes de EE.UU. con el objetivo de definir cómo el consumo de ciertos alimentos afecta el nivel de los así llamados "químicos eternos", conocidos como las PFAS, en el organismo.

Estos son los alimentos ultraprocesados que más debe evitar, según un estudio

De acuerdo con los resultados de la investigación, un mayor consumo de pescado o marisco, huevos, café y arroz blanco durante el embarazo se asocia con mayores concentraciones plasmáticas de PFAS en la leche. "Nuestros descubrimientos sugieren que ciertos factores dietéticos y puntuaciones de calidad de la dieta durante el embarazo pueden influir en las concentraciones de PFAS tanto en el plasma materno como en la leche materna", destacan los autores.

Los investigadores detectaron niveles más altos de PFAS asociados con el consumo de los huevos de pollos de traspatio, lo que se podría atribuir a que las aves suelen ser alimentadas con restos de los alimentos del hogar. En cuanto al café, los científicos suponen que el agua utilizada para su preparación, los granos o la tierra podrían estar contaminados, así como los vasos de papel u otros envases. Por su parte, los mariscos están contaminados con PFAS debido a los altos niveles de contaminación del agua.

Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) son una clase de miles de compuestos creados para fabricar productos que repelen grasa, agua, aceite y calor que pueden acumularse en los seres humanos por no descomponerse de forma natural. Estos compuestos están vinculados a varios tipos de cáncer, colesterol alto, bajo peso al nacer, infertilidad y efectos negativos en el sistema inmunitario.