Rusia destaca que sus barreras de ingeniería fueron "clave" en el fracaso de la contraofensiva ucraniana
El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, destacó el papel crucial que las barreras instaladas por los ingenieros desempeñaron en el desbaratamiento de la contraofensiva estival de Ucrania.
"En el transcurso de la operación militar especial, los militares de las tropas de ingenieros muestran abnegación y coraje, resuelven con éxito tareas de responsabilidad sobre organización de cruces sobre obstáculos de agua, desminado y restauración de diversos objetos", declaró el alto funcionario ruso en su felicitación por el Día de las tropas de ingeniería, que se celebra este domingo.
"El sistema de barreras de ingeniería erigido por ellos desempeñó un papel clave en el desbaratamiento de los planes ofensivos del enemigo", subrayó Shoigú.
Por su parte, el jefe de la Oficina presidencial de Ucrania, Andréi Yermak, aseguró el viernes que la contraofensiva de Kiev lanzada el año pasado "tuvo bastante éxito". "Teniendo en cuenta las capacidades proporcionadas [el armamento recibido de los aliados occidentales], la contraofensiva tuvo bastante éxito", afirmó Yermak. "Tenemos que corregir los errores que tuvimos, pero no podemos escuchar la propaganda rusa sobre lo que llaman fracaso o el estancamiento. La guerra no está congelada", señaló.
Sin embargo, el propio comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, Valeri Zaluzhny, admitió el pasado noviembre en una entrevista a The Economist que el conflicto armado había alcanzado "un punto muerto", debido a la posición más favorable de Rusia.
Asimismo, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, enfatizó esta semana que no solo ha fracasado la contraofensiva de Kiev, sino que la "iniciativa" se halla completamente en manos del Ejército ruso. Asimismo, recalcó que si el conflicto continúa, "la condición de Estado de Ucrania podría sufrir un golpe irreparable y muy grave".
Mientras, la asistencia militar y financiera que Ucrania recibía de manera regular de sus aliados occidentales ha disminuido drásticamente desde el fracaso de su contraofensiva en junio. Un paquete de más de 60.000 millones de dólares de financiación sigue paralizado en EE.UU. debido a diferencias políticas, mientras que otro de más de 50.000 millones de euros (55.000 millones de dólares) está aún sin aprobar en la Unión Europea.