Actualidad
Residentes de Donetsk reciben el Año Nuevo bajo constantes ataques de Kiev y con cortes de agua
Pese a los casi 10 años de continuos bombardeos ucranianos, los negocios en Donetsk no detienen sus actividades y los ciudadanos siguen haciendo sus quehaceres cotidianos, intentando vivir como en tiempos pacíficos.
Las tropas ucranianas siguen atacando la infraestructura civil de Donbass y otras regiones liberadas por Rusia. Esta jornada, solo en el territorio de la República Popular de Donetsk se registraron más de 10 bombardeos. A pesar de los constantes ataques ucranianos, los residentes de Donetsk, que llevan ya casi 10 años viviendo bajo las continuas agresiones de Kiev, intentan vivir como en tiempos pacíficos y se preparan para las festividades de Año Nuevo.
Las tiendas y otros negocios no detienen sus actividades y abren sus puertas desde muy temprano. Y, con ello, los ciudadanos se lanzan a realizar sus quehaceres cotidianos, envueltos en un aura de naturalidad, como si el estruendo de las explosiones de bombas y cohetes no formara parte de su realidad diaria. "A pesar de todo, Donetsk vive. La gente resiste, son fuertes de espíritu. Y por mucho que nos agredan, seguimos vivos", sostuvo un joven a RT.
"La gente está preocupada, la situación es terrible. Pero ya se han acostumbrado, viven con normalidad. El clima es muy duro. El suelo es resbaladizo y hace frío, pero bueno, todo va a estar bien", declaró uno de los ciudadanos. Otra residente local señaló que "a menudo se pueden escuchar algunos ruidos", pero los habitantes de Donetsk ya saben "distinguir qué pasa", si es o no un bombardeo.
Al mismo tiempo, los frecuentes ataques de Kiev contra las centrales de generación eléctrica provocan continuos apagones y cortes de agua, un problema que se agudiza con la llegada del frío invernal. "La situación es bastante normal, si no fuera por el agua. Hay grandes problemas con el agua. Ni siquiera llega a los pisos más bajos. La gente sale a llenar botellones. La situación es muy complicada. Ya estamos acostumbrados a los bombardeos, y seguimos vivos. Pero el agua es un problema peor", lamenta una mujer.
En las calles, el flujo del transporte público y privado mantiene su ritmo. Desde fuera, se percibe que quienes conducen no sucumben al temor de que un misil pueda impactar contra sus vehículos. El tráfico no se interrumpe, sino que se mantiene con un aplomo que ya es característico en cada habitante de esta ciudad. Mientras tanto, en las líneas del frente las Fuerzas Armadas de Rusia continúan luchando para hacer retroceder a las tropas del régimen de Kiev, con el fin de garantizar la seguridad y supervivencia de la población.
comentarios