Un grupo de religiosos destruye obras de una polémica exposición "feminista" en Argentina

Al grito de "¡Viva la Virgen!" y "¡Viva Cristo Rey!", un grupo de religiosos católicos ingresó a una universidad en Argentina para destruir obras que formaban parte de una exposición que consideraban ofensiva.

Más de 50 personas invadieron el Rectorado de la Universidad de Cuyo, ubicada en la provincia de Mendoza, en donde el pasado 7 de marzo se inauguró la exposición "8M Manifiestos Visuales", como parte de las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer.

La muestra ya llevaba montada casi dos semanas sin ningún inconveniente, pero el fin de semana estalló la polémica debido a algunas fotos de las obras que comenzaron a circular en las redes sociales.

Las piezas artísticas más controvertidas eran una vulva que parece una virgen y una criatura crucificada con cuerpo de mujer, lo que derivó en una fuerte controversia que incluyó condenas de la Iglesia Católica y pedidos de censura.

Pero el punto más álgido del debate ocurrió cuando los manifestantes religiosos, que se definieron como "católicos autoconvocados" llegaron al rectorado, rezaron y participaron en un supuesto "exorcismo" contra los "actos de violencia" a su fe que, según ellos, representaba la muestra.

Un hombre encabezó la ceremonia, habló en latín, criticó a las autoridades universitarias que avalaron la exposición y convocó a "quitar el demonio de la blasfemia" porque los católicos no toleran "este tipo de ofensas".

Terminado el "exorcismo", los religiosos comenzaron a destrozar cuadros, fotografías y esculturas realizadas por decenas de artistas, las cuales ya interpusieron una denuncia penal.

Condenas

El escándalo fue de tal magnitud que incluso la Arquidiócesis de Mendoza, que el lunes condenó la muestra, ahora lamentó la destrucción de las obras.

"Habiendo tomado conocimiento de los hechos de violencia hacia la muestra (…) repudiamos este acto de violencia física hacia las obras allí expuestas. Nos solidarizamos con las artistas que vieron afectado el fruto de su trabajo y esfuerzo", señalaron en un comunicado en el que también reiteraron sus críticas a las obras.

"Volvemos a llamar a la concordia y la paz que se pierde en los extremos, cuando dejamos de percibir que detrás de una obra o detrás de un símbolo religioso hay personas que tienen creencias o ideologías que no deben ser violentadas, ridiculizadas o agraviadas", añadió.

También lamentó "el accionar de personas que viven su religiosidad como en tiempos oscuros, que tan dolorosos han sido para la humanidad".

La rectora de la Universidad de Cuyo, Esther Sánchez, repudió lo que calificó como "un hecho ilícito, violento y planificado", y reveló que se iniciará una investigación para determinar si hubo personal involucrado, ya sean docentes o alumnos.

Anunció, además, que la muestra se reinstalará incluso con las obras destruidas, como una forma de resignificarlas y reflexionar sobre la necesidad del diálogo y la reflexión.