Petro advierte que el conflicto armado en Colombia podría escalar como en Medio Oriente
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió que si el Estado no soluciona el surgimiento de bandas criminales y la violencia letal vinculada al narcotráfico, "el mercenarismo" en su país podría escalar a un escenario "dantesco" con situaciones parecidas a las que se viven en Medio Oriente.
Petro lanzó la alerta el martes durante una jornada de diálogo con líderes comunales en el municipio de Barrancabermeja, en el departamento de Santander, donde hizo referencia a la reciente masacre de Putumayo, que el fin de semana dejó un saldo de 18 muertos tras un enfrentamiento entre grupos delictivos.
El mandatario señaló que la gravedad de la creciente violencia letal en Colombia responde a que en la actualidad los grupos armados no se crean con fines políticos, para tomar el poder y hacer una revolución, como ocurrió décadas atrás, sino que ahora luchan por el control de rutas y territorios para convertirse en dueños del negocio del narcotráfico y generar masacres y barbarie.
"Ya no es la lucha por el poder"
"Ya no es la lucha por el poder, es la lucha por la ruta, eso nos coloca en un escenario más bárbaro, más difícil, más complejo, que también tenemos que entrar a solucionar, porque si no las posibilidades de la paz total no van a existir en nuestro país, que puede derivar en temas como lo que sucede en Medio Oriente y en otros países de desastre de sus sociedades y de su Estado", dijo.
El presidente colombiano también indicó que "la barbarie" vista en Putumayo muestra cómo la gravedad generada por la desigualdad, pobreza y hambre en las comunidades más desfavorecidas genera un "círculo perverso" del "mercenarismo", donde "gente desesperada" termina reclutada por las bandas criminales para matar a líderes sociales y producir masacres.
"Lo que vimos en el Putumayo es el conflicto entre dos disidencias, que dicen ser de las antiguas FARC, masacrándose", afirmó Petro, quien calificó a los responsables de la masacre como "mercenarios".
Petro explicó que de esa dinámica violenta se alimenta la economía ilegal, que capta jóvenes y les paga una mensualidad por asesinar, incluso entre ellos mismos, para controlar y sostener "la ruta de la cocaína". "Es el mercenarismo que compra seres humanos (...) que consume a la juventud, la mata y mata a la sociedad".