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Telefonía con sello comunitario: la población mexicana que le ganó la partida a grandes operadoras

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La unión, la perseverancia y el esfuerzo conjunto han logrado que las comunidades más marginadas puedan ejercer su derecho a comunicarse.
Telefonía con sello comunitario: la población mexicana que le ganó la partida a grandes operadoras

Las comunidades indígenas han sido de los sectores más afectados por las grandes empresas que se niegan a llevar telefonía hasta sus hogares, por eso, en la sierra del estado mexicano de Oaxaca unieron fuerzas para crear su propia red que les permita hablar por celular.

Así es como nace Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias (TIC), una asociación civil a la que pertenece Penélope Partida. Ella es coordinadora operativa y le contó a RT el camino que tuvo que recorrer junto con habitantes de varias comunidades rurales para que actualmente alrededor de 3.000 personas se puedan comunicar, sin necesidad de caminar por kilómetros o esperar días para tener noticias de sus familiares o del exterior. 

Muchos esfuerzos, un mismo propósito

Fue en el año 2008 cuando las comunidades empezaron a solicitar los servicios a los grandes operadores, primero Telmex (Teléfonos de México) y luego Telcel. Pero ambas empresas se negaron.

"La respuesta contundente de los comerciales fue 'no, no nos interesa, se requiere mucha infraestructura para llevar a sus comunidades y no son rentables", apuntó Partida.

Frente a esta negativa, optaron por buscar soluciones dentro de la propia organización social. "Eso en Oaxaca es muy fuerte en las comunidades rurales", comenta la coordinadora de TIC. Y es que cada una de esas poblaciones está habituada a tomar sus propias decisiones –desde la forma en que viven hasta quiénes los gobiernan–, sin que interfiera ningún partido político.

Después, se configuró el factor tecnológico con apoyo de Rhizomatica, una organización civil que apoya a las comunidades que desean construir y mantener una infraestructura de telecomunicaciones propia y autogestionada.

"Peter Bloom [coordinador de Rhizomatica], un ciudadano estadunidense interesado también en proyectos de comunicación, empezó a ver que había un software que permitiría instalar tecnología 2G para llamadas y mensajes de texto a un costo accesible", narró Partida.

Luego vino la parte legal, donde Erick Huerta, quien pertenece a la Junta de Coordinación de TIC, inició las negociaciones con el gobierno. El objetivo de estas conversaciones era, según Partida, que se pudieran "usar frecuencias que normalmente solo asignan a nuevos operadores". 

Un sistema hecho para las grandes empresas

Se dice fácil, pero tuvieron que pasar ocho años, entre pruebas, gastos y juicios, hasta que TIC, en el año 2016, adquirió la concesión para administrar y operar redes de telecomunicaciones para uso social indígena en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). 

La concesión está otorgada para cinco estados de la República: Oaxaca, Guerrero, Puebla, Chiapas y Veracruz, aunque por ahora solo operen en el primero, en 15 comunidades, a la espera de que otras más se quieran sumar.

"En general, es luchar contra un sistema que está construido para otras personas, para las grandes compañías, no para compañías chiquitas, organizaciones sin fines de lucro, como las de las comunidades", opina Huerta.

Entre las primeras comunidades donde compraron e instalaron el sistema para hacer uso de la telefonía celular están la de Villa Talea de Castro y Santa María Yaviche, ubicadas en la Sierra Juárez de Oaxaca. El equipo consiste en una radiobase, computadoras donde va el software para el sistema 2G y, para las llamadas de larga distancia, se contrata un enlace de internet. 

Todo el proceso es muy colaborativo. La comunidad decide si quiere ser parte o convertirse en su propia proveedora de comunicación, una vez que entiende cómo funciona y qué implica el sistema. La autoridad en curso asigna tanto a las personas que atenderán a los usuarios, como a los que se harán cargo de revisar la infraestructura: la torre, los cables, cambiar algunas conexiones o dar el mantenimiento para que su red funcione.

"A nivel mundial, somos la única organización que está haciendo telefonía y que es de la comunidad al 100%", subraya Partida.

Forman sus propios técnicos indígenas

Erick Huerta, quien también es coordinador general de Redes A.C., contó a RT que a lo largo de los años se han ido formando técnicos indígenas para que se familiaricen con la tecnología. "Se va perdiendo el miedo. Acá necesitamos generar capacidades a nivel local, porque de lo contrario, es muy caro mandar a un técnico de la ciudad para allá", explica.

En la capacitación intervienen entes como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Como apunta Huerta, este mecanismo se construye desde varios niveles: "Es una red bastante grande de organizaciones y comunidades que trabajan en este fin, cada quién va haciendo una parte de todo este entramado que es necesario". 

Cambio de vida  

Para la población rural resultó todo un acontecimiento enterarse de que podrían tener un teléfono celular y que el servicio no solo sería operado por ellos mismos, sino de bajo costo. Una vez que se adaptaron al mecanismo, sus vidas comenzaron a cambiar.

Una anécdota que comenta Huerta es que al poco tiempo de implementarse el sistema, se hizo una evaluación para conocer los beneficios y encontraron que los servicios habían aumentado en 35% para los taxistas. "La gente antes tenía que caminar a la comunidad más grande para que tomara el taxi y con esto, podían llamarle directamente. Entonces, una cosa tan sencilla tuvo un impacto importante en la parte económica", agrega.

El siguiente paso es la red 4G

Una vez que las comunidades rurales se han habituado a comunicarse con tecnología 2G, el siguiente paso es mejorar el servicio, es por ello Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias trabaja en implementar la tecnología 4G.

Entre otras razones, el coordinador de Redes A.C. menciona que después de la pandemia por covid-19, la realidad ha cambiado. "Aumentaron muchos servicios, creció la demanda de internet y también crecieron otras comunidades, entonces, ya el servicio de 2G no es suficiente. La gente quiere internet y esa fue nuestra entrada para el 4G, que ahorita se acaba de instalar en Santa María Yaviche".

Aunado a esto, como menciona Penélope Partida, la comunidad "recibe a muchos jóvenes que tienen universidad, que tienen televisión comunitaria, y para ellos el internet es una necesidad".

Los usuarios que se muden a la tecnología 4G tendrán que adquirir un 'smartphone', sin embargo, debido a las condiciones económicas de muchas de las zonas de la sierra de Oaxaca, una buena parte de la población no podrá comprar ese equipo. Por lo tanto, requieren que la red de 2G también siga operando.

Operadores móviles virtuales

Pero no todo queda ahí. Recientemente TIC lanzó en el estado de Puebla, junto con la cooperativa Tosepa, su operadora móvil virtual de telefonía celular comunitaria Wiki Katat. Como lo explica Huerta, "es una red que opera sobre la red de otro operador, en este caso Altán Redes, que es de alcance nacional".

Altán Redes pone la infraestructura, pero no puede dar el servicio al usuario final. Ahí es donde entra la labor de las comunidades, que venden los teléfonos, los chips y hacen recargas, volviéndose así los operadores móviles virtuales.

"El objetivo es que siga habiendo autonomía de las propias comunidades", señala Huerta.

Hoy en día Altán Redes tiene una cobertura de 92 % de la población, lo que significa que conecta a 8.075.934 de personas, de 108.934 localidades, dentro de las cuales se encuentran 96.663 con menos de 250 habitantes.

Huerta adelantó a RT que próximamente se lanzará un operador móvil que se podrá contratar en línea en algunas ciudades. Aunque su objetivo no es trabajar en zonas urbanas, él tiene la idea de que la gente podría cambiarse a un operador si quiere que su pago en telefonía aporte a algo justo, como el apoyo a la infraestructura de las comunidades rurales.

Con base en los resultados del Cuestionario Ampliado del Censo de Población y Vivienda 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de acuerdo con su cultura, 23,2 millones de personas de tres años y más se autoidentificaron como indígenas en México (51,4 % mujeres y 48,6 % hombres). 

Asimismo, los datos más recientes del INEGI arrojan que a nivel nacional hay 185.243 localidades rurales, de las cuales 10.523 están en Oaxaca.

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