Decenas de obras del pionero de la abstracción Vasily Kandinsky se exponen en el Museo Guggenheim en España
Este 20 de noviembre en el Museo Guggenheim de Bilbao (España) se inaugura una amplia exposición dedicada a la obra de "uno de los artistas más innovadores de comienzos del siglo XX", el pintor vanguardista ruso Vasily Kandinsky.
De acuerdo al director del museo, Juan Ignacio Vidarte, la muestra es "muy importante para el museo bilbaíno, porque Kandinsky fue un precursor de la idea del arte como eje transformador, algo que lo vincula a este museo, que también nació con esa vocación".
Según él, la trayectoria artística y vital de este pionero de la abstracción, nacido en Moscú en 1866, "refleja muy bien la historia europea durante la primera mitad del siglo XX".
Un total de 62 obras propiedad de la Fundación Solomon Guggenheim de Nueva York formarán parte de la exhibición, que durará hasta el próximo 23 de mayo y estará dividida en secciones geográficas según los lugares donde residió el artista a lo largo de su vida: Múnich, Moscú, Desau y París.
Los visitantes podrán observar la evolución de los trabajos de Kandinsky en diferentes salas desde 'Los inicios: Múnich', donde empezó su carrera artística y comenzó a explorar sus posibilidades en el arte, hasta 'Dominios cósmicos: de Rusia a la Bauhaus', que abarca el período entre su salida de Alemania hacia Rusia durante la Primera Guerra Mundial y su regreso, y 'Mundos minúsculos: París', sobre su etapa en la entonces capital de la vanguardia, adonde llegó después de que la escuela Bauhaus se clausurara bajo la presión de los nazis en 1933.
La colección completa de pinturas de Kandinsky de la fundación, que actualmente cuenta con 152 de sus obras, fue empezada en 1929 por su fundador, Solomon R. Guggenheim.
La curadora Lekha Hileman Waitoller indicó que a Kandinsky "le interesaba la idea del color y cómo puede producir o reflejar sentimientos" y cree que el pintor ruso "marcó un camino a todos aquellos que trataron de pintar de otra manera, sin vínculos con este mundo, sino con el mundo de lo espiritual".
"Pensó que el artista podía aportar algo de su espíritu y que eso podía salir y estar presente en sus obras como algo personal. Y es por eso que sigue siendo, un siglo después, alguien tan importante en la evolución de la pintura", concluyó Waitoller.