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A 29 años de 'El Caracazo', ¿se dan las condiciones en Venezuela para un nuevo estallido social?

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En medio de la crisis económica en la que se encuentra el país suramericano actualmente, surge la pregunta al recordar las protestas de 1989, que marcaron la historia venezolana.

La pregunta surge cada vez que en Venezuela existen protestas antigubernamentales o variaciones en el precio y suministro de alimentos, medicinas, servicios y combustible. ¿Es posible otro "estallido social" como el ocurrido el 27 y 28 de febrero de 1989?

En aquel entonces, los disturbios y saqueos generados en la ciudad satélite de Guarenas, a unos 45 minutos de la capital, que luego se extendieron a algunas ciudades del país suramericano, fueron repelidos de una manera descontrolada por la Policía y el Ejército.

La represión y las ejecuciones extrajudiciales por parte de los organismos de seguridad del Estado causaron entre 2.000 y 3.000 muertes de civiles, además de desapariciones, según cifras extraoficiales manejadas en el libro '27-F para siempre en la memoria de nuestro pueblo'. 

Es por este antecedente que el fantasma de un estallido, Sacudón o Caracazo, como también se denominó, ha sido planteado principalmente por los medios de comunicación cada vez que el país suramericano atraviesa una crisis económica, tal y como sucedió durante los siguientes casos:

  • Paro petrolero de 2002 y 2003.
  • Crisis económica mundial en 2008.
  • Caída de los precios del petróleo, a partir de 2014, y guerra económica, caracterizada por el incremento descontrolado de los precios de productos básicos calculados a una tasa de dólar ilegal por el sector empresarial.

Con respecto a la crisis política, tuvo momentos álgidos durante las siguientes etapas:

  • Manifestaciones opositoras y golpe de Estado en contra del gobierno de Hugo Chávez, en 2002.
  • Recientes protestas en contra de Nicolás Maduro, en 2014 y 2017, organizadas por la dirigencia opositora.

'La coronación'

Hace 29 años, Carlos Andrés Pérez, perteneciente al partido tradicional Acción Democrática, recién asumía la presidencia. Su toma de posesión, catalogada como ostentosa por los medios de comunicación, fue conocida como "La coronación".

Acción Democrática Cristóbal Rojas / https://www.youtube.com/channel/UCyDYv3a1AfwnkFdfL0MNVaQ

En su discurso de asunción del 2 de febrero de ese año, CAP, como también era llamado, puso en limpio lo que otros gobiernos en la región practicarían para sortear la llamada "década perdida" en América Latina, caracterizada por crisis de las deudas externas: había que "sincerar" la economía con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

El llamado "paquetazo" fue anunciado el 16 de febrero para "corregir el rumbo", según Pérez. Entre las medidas se encontraban solicitar al FMI 4.500 millones de dólares, incrementar el precio del combustible, privatizar las empresas estatales, liberar los precios y aumentar las tarifas de servicios públicos y transporte, según el libro 'Cronología de una implosión. La década final de la IV República'.

El 27 de febrero, día en que entraría en vigencia el aumento de la gasolina, comenzaron una serie de protestas populares y saqueos, con amplia cobertura mediática, que finalizaron el 8 de marzo. A pesar del Sacudón, Pérez seguiría en el poder hasta principios de los 90.

"Acabar con el Estado-Nación"

Ante un escenario con características objetivas similares a las de 1989, tres analistas ofrecen su opinión sobre la posibilidad de que, en medio de la crisis económica que atraviesa actualmente Venezuela y las sanciones impuestas por los gobiernos de EE.UU. y la Unión Europea (UE), pudiera ocurrir un estallido social.

Ramón Mendoza, miembro del colectivo El Cayapo, considera que el Caracazo fue una consecuencia del "plan desarrollado para eliminar al Estado-Nación" concebido por las transnacionales a partir de los años 70, caracterizado por el desprestigio de sindicatos, partidos políticos, acciones del gobierno, a través de publicaciones, diarios y medios audiovisuales.

El pez gordo de esa serie de acciones organizadas por las corporaciones para generar un colapso final era la petrolera estatal PDVSA, que estaba en la mira de los privatizadores, que emprendieron una campaña de descrédito para adquirirla y "salvarla".

En opinión de Mendoza, había dos instituciones que "no podrían destruir tan fácilmente" y que fueron atacadas: la Presidencia y el Ejército. Este último "fue sacado a la calle con la orden de matar", durante el Caracazo, y el entonces presidente Pérez fue separado de su cargo por "malversación" y "peculado doloso", en 1993. 

Estallido cotidiano

Para Mendoza los medios televisivos e impresos de la época "magnificaron" el inicio de las protestas, ocurridas por el aumento del pasaje del transporte público en Guarenas. Es "imposible" que una discusión entre un conductor y un pasajero produjera un "proceso de las dimensiones del Caracazo", afirma.

Este promotor cultural considera que diariamente ocurren situaciones similares, donde alguien se queja por el aumento indiscriminado de un producto o servicio y no termina en un estallido social. Estaban "maduras" las condiciones para que la "destrucción del Estado-Nación fuera absoluta".

Por su parte, el periodista y escritor José Roberto Duque se refiere al "estallido cotidiano" que se produce ante el aumento indiscriminado de precios, la falta de efectivo, de medicamentos o de alimentos.

En su opinión, los medios de comunicación persisten en su interés por alentar un Caracazo: "Esperan que si ocurre, el Gobierno reaccione de manera criminal como en 1989", donde fueron vulnerados los derechos humanos de los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad. 

¿Por qué no "bajan los cerros"?

Caracas es un valle. Tras el éxodo campesino, a mediados del siglo XX, la población más pobre se ubicó en los márgenes de la ciudad, sobre las montañas. Tras el Caracazo, se afirmó que ese día habían "bajado los cerros".

Esa expresión es común escucharla entre quiénes se preguntan por qué no ocurre eso ahora. Otro de los consultados, el sociólogo Franco Vielma, piensa que las condiciones para otro estallido social no están dadas, en primer lugar, porque existe diferencia entre el Estado de 1989 y el actual.

Hace casi treinta años, la gente tenía la "certeza" de que el Estado actuaba en su contra, explica, a través de las políticas económicas. En 2017, "pese a la coyuntura económica", la población "no ha dejado de sentirse acompañada" por las políticas sociales, que abarcan el 74% del presupuesto nacional según el Gobierno venezolano.

En segundo lugar, considera, "no existe un proceso de acumulación de fuertes presiones políticas". Las formas de liberar esa presión ocurren a través de las elecciones, el "ejercicio continuo de la política del micrófono" o la pluralidad de opinión, entre otros.

Por último, recuerda que las protestas violentas de 2014 y 2017 "fueron presentadas como expresiones de estallido popular" sin serlo, y "aleccionaron" a la población sobre la solución del conflicto económico y social de manera no violenta, como ocurrió tras las elecciones de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

"Las grandes mayorías, entre chavistas y opositores, entienden que la violencia no es una alternativa" y eso inhibe alguna posible reacción que se decante en otro Caracazo, añade el experto.

¿Estamos listos para un Sacudón?

El analista y presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, en su cuenta de Twitter ha afirmado que ante la inflación elevada de estos últimos años, "la presión social" por un cambio económico "será gigante".

En este sentido, Vielma considera que en Venezuela existe una "ruptura de esa lógica común" que se da en América Latina, y que consiste en que una "mala economía" conlleva resultados negativos en lo político debido a un proceso de "vínculo entre la política social del Estado y los sectores populares".

Mendoza agrega que actualmente hay "formas de organización", que no existían en aquella época, que no permitirían que se repitiera un evento similar. Las condiciones son "radicalmente distintas", en su opinión. "La población ha aprendido muchísimo", afirma.

Duque, por su parte, opina que la población sabe que no existe un "gobierno criminal que está masacrando a la gente por salir a protestar o por ejercer su rabia". "Venezuela es un país donde la gente dice y hace cosas por las cuales hace 30 años la asesinaba un policía. Hay plena libertad", finaliza.

Nathali Gómez

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